El GLK resulta más confortable que la mayoría de modelos de similares características, como el Audi Q5, el BMW X3, el Land Rover Freelander 2, el Volkswagen Tiguan o el Volvo XC60, porque tiene una suspensión suave, el interior está muy bien aislado de las fuentes de ruido, los asientos son cómodos y el sistema de climatización funciona muy bien.
También es de los más costosos. Ha hay otros todoterrenos parecidos más asequibles, como un Ford Kuga, un KIA Sportage, un Renault Koleos o un Toyota RAV4, entre otros (listado).
Está disponible con dos motores de gasolina y cuatro Diesel. Hay versiones de tracción trasera y tracción total («4Matic»). En ningún caso puede tener reductora. La caja de cambios es siempre automática de siete relaciones («7G-Tronic»), salvo en dos de las dos versiones de tracción posterior. Desde que llegó al mercado en julio de 2008, la gama GLK ha sufrido diferentes modificaciones, la última en febrero de 2011 cuando comenzó a estar disponible un nuevo motor Diesel de 143 CV (más información).
La versión Diesel de 170 CV (GLK 200 CDI BlueEFFICIENCY) se puede adquirir desde 39.000 €. Es un precio superior al del Volvo XC60 DRIVe de 163 CV pero claramente inferior al del Audi Q5 2.0 TDI de 170 CV y el BMW X3 xDrive20d de 184 CV (ficha comparativa). En el caso de las versiones Diesel de 205 a 240 CV, el GLK es más costoso que el XC60 pero más asequible que el Infiniti EX y el Q5 (ficha comparativa).
